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domingo, 8 de noviembre de 2009

La Veracidad del Método -Periodismo- (Ensayo)

Al aventurarnos a comprender el periodismo en su máxima extensión, nos encontramos con diferentes tópicos que nos hacen entender su concepto. La diferenciación entre el Periodismo interpretativo, Periodismo Informativo y el Periodismo de Opinión pica y se extiende. Es decir, la intencionalidad de los mismos, delimita una brecha intensísima.

Según la ciencia periodística avanza, los términos y los métodos que esta conlleva también se desarrollan. Muchas veces, la objetividad y la verdad tienden a ser sobrevalorizadas. Estos dos valores, que a primera vista corresponden intrínsecamente con la ciencia de la información, comprenden conceptos filosóficos más abstractos de lo que podemos pensar. La verdad, es un principio definido como una premisa repetida varias veces; esto a mi parecer es una gran mentira. El concepto de verdad está ligado a la conformidad del entendimiento con las cosas.

Pero en el contexto del periodismo no se comprende el concepto a primera vista. Desde sus inicios como disciplina informativa forjadora del carácter, la verdad ha sido el primer/último fin del periodista. La búsqueda de los hechos tiende a ser una respuesta. La verdad para un periodista o incluso para el lector, es plasmar los hechos tal y como han pasado. Entonces es cuando coincidimos con el fin máximo del periodismo: conducir a la verdad. Aunque la búsqueda no cala sólo en ese punto. Lo que diferencia al periodismo de la cinematografía, la literatura y otras artes es en esencia eso, la verdad.

En el periodismo de antaño, la verdad estaba mezclada extrañamente con la literatura. Todos estos hechos eran contados de una manera poco estructurada. Después, con pasar de los años, surgieron los géneros periodísticos. A principios del siglo, las noticias se generaban gracias a rumores; esto ha cambiado gracias a la organización lógica del oficio. Luego del surgimiento de las grandes agencias de noticias, la “verdad” se convirtió en un negocio que ya no sería pintada de idealismo. Aquí yace la importancia de un método que forje un periodismo “puro”.

El libro “La Opinión Pública” escrito por Lippman, ayuda a comprender y esclarecer mejor el concepto de verdad comparado con el concepto de información. “Información y verdad no son la misma cosa”. Esta premisa explica que los rumores también son información, pero no son necesariamente verdad. Tampoco cualquier cosa es noticia, debe conllevar importancia social y sobre todas las cosas, veracidad. En síntesis, “la función de la verdad es arrojar luz sobre los hechos ocultos, relacionarlos entre si y esbozar una imagen de la realidad sobre la que puedan actuar los hombres”.

Muchos ensayistas y escritores han tratado de definir la correspondencia real del periodista con la verdad. Todas estas versiones dejan atolondrado a cualquier periodista. ¿Cuál es el verdadero compromiso con la verdad? A mi parecer, sacarla a la luz. Muchas veces nos encontramos con posturas que indican que las noticias siempre son verdad. Particularmente considero que asentir ante las noticias es una falta de actitud periodística. El escepticismo debe predominar en nosotros. Pero las historias deben ser lo más veraces posibles. La verdad tiende a ser contradictoria, compleja ininteligible pero el periodismo puede llegar a descubrirla. Es decir, la verdad se hace con el pasar del tiempo.

En cuanto a la imparcialidad, la equidad y la objetividad, llegamos a un acuerdo de que estos valores son harina del mismo costal. Son valores plenamente subjetivos. Algunos teóricos definen la evolución del periodismo en tres partes importantes: el periodismo ideológico, el periodismo informativo y el periodismo interpretativo. Los valores de la interpretación están íntimamente ligados con la imparcialidad, la equidad y la objetividad. Esa imparcialización de la información no es sino una maniobra subjetiva para hacernos creer que una historia es veraz. Al igual ocurre con la ecuanimidad, no se es veraz por poseer la misma cantidad de opiniones de dos lados; es decir, un hecho tiene siempre más de dos maneras de ser contado. También la objetividad, afiliada a la veracidad, está impregnada con valores subjetivos propios; ¿quién cree en la objetividad de un desconocido? Es decir, para que una información sea 100% objetiva tiene que estar en nuestras manos y palparse con cualidades materiales. El periodismo ha evolucionado con sentido hacia la interpretación, es decir, se le añade una característica que lo hace más profundo.

Entonces, ¿Qué es lo que hace al periodismo una ciencia única en su género? Sencillamente la veracidad y la verificación de los hechos. Todo periodista sigue un método. A pesar de que muy pocos han teorizado acerca de la verificación de los hechos, se sabe por experiencia qué es lo que determina que el periodismo sea diferente a la literatura. El periodismo se centra en el relato verdadero de los hechos. El detalle con esto es que la realidad puede ser tergiversada; con el cambio de pocas palabras, el sentido de una noticia puede ser reivindicado. El problema fundamental es la existencia de la persuasión periodística. El propagandismo genera una red de información en beneficio del poder, o de individuos que quieren dar a conocer ideas. El periodismo actual tiene una deficiencia fundamental, la falta de un método que lo haga veraz a su máxima expresión (que diferencia la propaganda de la noticia).

Existen ciertos métodos que le dan sentido de objetividad a las historias. A finales del siglo XIX los periodistas hablaban del realismo sobre la objetividad. A esas épocas, ya se desarrollaba un método. La pirámide invertida fue colirio para los ojos del periodismo. Ésta jerarquiza la información, poniendo en el primer párrafo los hechos más importantes, para así ir comentando el resto de hechos de menor trascendencia. A pesar de estas mejoras, los medios cada vez estuvieron más concientes del poder de la propaganda y del papel de la información en el forjamiento de la sociedad.

Se le recomienda a un periodista mantener las ideas objetivas lejos de los prejuicios personales. Esto también forma parte del llamado método veraz. Es decir, valorar y juzgar una situación, no representa el sentido original de un periodismo veraz. A principios del siglo XX a penas se empezaba a teorizar sobre la carrera. Este oficio no era académico ni se formaba en las escuelas universitarias, era simplemente practicado por los testigos de las eventualidades. Años después la carrera se tornó en algo estrictamente académico y los periodistas dejaron de ser exclusivamente de oficio. Esto ayudó a la formulación de teorías y métodos que hacen un ejercicio “más veraz”.

Con el pasar de los años, la humilde profesión se tornó en una disciplina menos rudimentaria tomando elementos del método científico. La comprobación de las verdades la incluía en esta categoría científica investigativa. La imparcialidad es un valor no intrínseco a este método. Nos parcializamos, sin dudarlo al método científico. Después de los cientos de teorizaciones, los catedráticos del periodismo asumieron el nuevo reto: la creación de los géneros para aproximarnos a la verdad.

La noticia, a mi parecer el género más veraz, esta a su vez se asemeja a un método estricto. Un método que permite plasmar los hechos tal como son. Ésta se asemeja al reportaje, que tiene cualidades imparciales y particulariza los hechos. Pero los géneros de opinión engloban al periodismo y a la interpretación en un solo costal, y hacen que esta carrera esté llena de puntos de vista y de particularizaciones de hechos para entender la realidad. Estos métodos se forjan gracias a los hechos que van de boca en oído. También hago referencia al estilo particular del reportero, que hace un método propio.
Existen ciertos consejos, que el periodista necesita interiorizar al escribir una historia veraz delimitada a un método. Primero, nunca suplantar información. Si algo no existe, es mejor ni nombrarlo. No engañar al lector es de suprema importancia para llegar a la veracidad de un género. Dar a conocer las fuentes, benefician la credibilidad, haciendo así que el método seguido para la investigación sea conocido.

En síntesis, las pugnas principales entre el periodista y el lector yacen en la veracidad de las interpretaciones, no seguidas por métodos predefinidos. El interpretar consiste en explicar el sentido de una cosa. Muchas veces los medios conociendo su poder, explican las realidades en beneficio de unos pocos, creando un método, pero de proselitismo y de adoctrinamiento. Con la ignorancia del pueblo persuadido ciertas causas e ideologías se populizan y popularizan. El periodismo interpretativo es el periodismo del presente y del futuro, es un método genial mediante el cual comprendemos la realidad de una manera más amplia.

Queda de nosotros adaptar nuestro estilo a los métodos de verificación e interpretación propios o conocidos, para lograr la objetividad tan discutida por miles de periodistas, críticos y lectores a través de la historia. Lograr un desprendimiento de la literatura artística y conseguir la literatura de la verdad (el periodismo), sin agregar hechos ni mentir sobre estos. En conclusión entregar el corazón a una pasión o un método vislumbrado por los hechos reales de nuestra sociedad, el ser periodista.

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